The risk of encountering a predator triggers different antipredator strategies in the prey, including spatial (landscape level), temporal (daily activity cycles), and behavioral changes. There is evidence that linear landscape attributes (e.g., dirt roads, firebreaks, trails) are used by both predators and prey, although studies examining how they react to mutual use are scarce. We propose a conceptual model that explains how prey might change their activity patterns under spatial-scale scenarios of predation risk. We test our predictions with Jaguar (Panthera onca) and Puma (Puma concolor) as predators and Collared Peccary (Dicotyles tajacu) as the prey. Peccary activity patterns differed between foraging areas with different levels of predation risk, with low-risk areas showing 2 peaks of activity around dusk, but exclusively diurnal in high-risk areas. The highest overlap coefficient (= 0.82) occurred when comparing peccary activity patterns near linear attributes and high-risk foraging areas, and the lowest (= 0.16) between high-risk foraging areas and Jaguar activity patterns, showing a completely diurnal pattern when the Jaguar was inactive. The overlap coefficient was intermediate (= 0.45) when comparing Puma and peccary activity patterns in high-risk areas. The observed similarity in peccary activity patterns between high-predation-risk foraging areas and linear attributes seems to indicate that the latter are also perceived as high-risk areas that lead to changes in their activity patterns.
El riesgo de encontrarse con un depredador desencadena diferentes estrategias antidepredatorias en la presa, incluyendo cambios espaciales (a nivel de paisaje), temporales (ciclos de actividad diaria) y conductuales. Existe evidencia de que los atributos lineales del paisaje (ej. caminos de terracería, cortafuegos, senderos) son utilizados tanto por depredadores como por presas, aunque los estudios que examinan cómo reaccionan al uso mutuo son escasos. Proponemos un modelo conceptual que explica cómo, las presas podrían cambiar sus patrones de actividad bajo escenarios de riesgo de depredación a escala espacial. Probamos nuestras predicciones con el jaguar (Panthera onca) y el puma (Puma concolor) como depredadores y el pecarí de collar (Dicotyles tajacu) como la presa. Los patrones de actividad del pecarí difirieron entre áreas de forrajeo con diferentes niveles de riesgo de depredación, en las áreas de bajo riesgo mostraron dos picos de actividad alrededor del crepúsculo, mientras que, en las áreas de alto riesgo fue exclusivamente diurno. El coeficiente de traslape más alto (= 0.82) se dio al comparar los patrones de actividad del pecarí en los atributos lineales y las áreas de forrajeo de alto riesgo y el más bajo (= 0.16) entre las áreas de forrajeo de alto riesgo y los patrones de actividad del jaguar, en este caso el pecarí mostró un patrón completamente diurno, cuando el jaguar estaba inactivo. El coeficiente de traslape fue intermedio (= 0.45) al comparar los patrones de actividad del puma y pecarí en las áreas de alto riesgo. La similitud observada en los patrones de actividad del pecarí entre las áreas de forrajeo de alto riesgo de depredación y los atributos lineales parece indicar que también son percibidos como áreas de alto riesgo que conducen a cambios en sus patrones de actividad.
