Tenebrio molitor y Gromphadorhina portentosa fueron comparados como posibles fuentes alternativas de proteína para consumo animal, con harina de pescado y harina de soya. La proteína cruda de las harinas obtenidas de los insectos fluctuó 51 al 69% (metodología de Dumas), las grasas del 4 al 22% (metodología de Goldfish). La digestibilidad de la materia orgánica fue similar a la de los ingredientes de uso común (metodología de Kesting) y fue superior en el caso de la harina obtenida de Gromphadorhina portentosa con un 90%. El perfil de aminoácidos entre la harina obtenida de larvas de T. molitor es similar al de la harina de pescado y tienen concentraciones más elevadas a las de la harina de soya. En general los insectos tienen mayores concentraciones de aminoácidos esenciales que la harina de soya; si bien la suma de aminoácidos es menor en las harinas de insectos, el total de proteína cruda es mayor y tienen una mejor digestibilidad de la materia orgánica que los ingredientes de uso común como son la harina de pescado y soya. La producción de harinas de insectos es posible, obteniendo productos con un valor nutricional atractivo, es sustentable y tiene una baja huella ecología, lo que las convierte en un futuro ingrediente estándar para la producción de alimentos balanceados para consumo animal.